Antes de nada, he de aclarar algo: yo me considero una científica, no albergo ninguna duda de que la reencarnación puede y debe ser estudiada científicamente, y tarde o temprano la ciencia nos aclarará el mecanismo de la reencarnación. Pero por otra parte, soy extremadamente crítica con la ciencia actual, o más bien, con determinados científicos demasiado anclados a un materialismo recalcitrante que no sirve para explicar muchos fenómenos cuya existencia es innegable. Por tanto, defiendo y ataco la ciencia por igual, debido a que he sido educada en ella, pero no formo parte de la comunidad científica. Esto me permite hablar mucho más libremente, sin miedo a las críticas de mis colegas o a perder mi reputación. El inconveniente es que nadie me va a hacer caso, no solo por mantener mi anonimato, sino también porque como recuerdo vidas pasadas, mi credibilidad como científica para muchos de ellos ya está perdida. No importa, ya lo he asumido. Como repito con frecuencia, mis esperanzas están puestas en las generaciones venideras, en aquellos reencarnacionistas con formación científica que puedan idear y llevar a cabo los experimentos necesarios para demostrar la reencarnación. Si alguna de mis ideas resultan inspiradoras para ellos, habré logrado parte de mi objetivo.
Pero volvamos a la pregunta principal de este artículo:
¿Es posible demostrar científicamente la reencarnación?
“La consciencia podría producirse en el nivel fundamental de la geometría espacio-temporal cuando el cerebro deja de ser perfundido. No se disipa sino que permanece unida mediante entrelazamiento. La personalidad, la consciencia, la memoria, el alma si lo prefieres, podría estar entrelazada en sentido cuántico y persistir como fluctuaciones en la escala temporal del universo.”
Entrevista completa a Stuart Hameroff en el portal Skeptico.