Creo que siempre va a haber elementos en mi vida que estén relacionados con mis vidas pasadas. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no recordamos vidas pasadas necesariamente porque haya un trauma o alguna emoción por resolver. A veces simplemente recordamos porque se dan situaciones similares que nos hacen sentir como en el pasado. En los últimos meses, sospecho que estos elementos son los que tienen que ver con la difusión del veganismo. Ser activista en este sentido supone tener que enfrentarte todos los días a burlas, desprecios y ataques personales por defender una postura que debería ser de ética básica: no puedes afirmar que amas a alguien mientras que al mismo tiempo participas de su explotación y muerte. Como me pasa con otras vidas también, por fortuna hoy es poco probable que venga alguien a decapitarme por pensar así y difundir esa verdad, pero eso no impide que en determinados momentos me sienta igual que en mi vida cátara. Día sí día no tengo que encontrar formas de transmitir mis mensajes sin caer en la intolerancia, fingiendo que esos ataques no me afectan. Pero en el fondo sí que me afectan, y me hacen sentir como en aquella escena de humillación por parte de dos soldados en la fortaleza que acabaría siendo mi tumba. Aquella escena que ni siquiera quise describir en detalle. En lugar de utilizar casco y armadura, ahora los humanos nos escudamos detrás de las pantallas de los ordenadores, pero en esencia no hemos cambiado mucho: algunos individuos aún creen que es lícito insultar y burlarse de alguien que defiende la vida y los derechos de seres indefensos. Ni que decir tiene que mi vida cátara me está dando mucha fuerza interna para seguir con mi activismo. Como dice una de mis compañeras activistas, lo superas rápidamente en cuanto recuerdas que las verdaderas víctimas son los animales no humanos, no tú. Que me mataran en otra vida no me va a impedir seguir luchando por algo que es justo.
Me suele pasar siempre que hago algún comentario tipo: “Llevo un tiempo muy desconectada de mis vidas pasadas, me aburro”. Al día siguiente vuelvo a entrar en un estado de ánimo raro, no explicable por nada que me haya ocurrido en la vida real. Esta vez parece que me ha pasado por lo que dije en mi última entrada sobre mi vida cátara. Pero las cosas son más complicadas de lo que parece…
Creo que siempre va a haber elementos en mi vida que estén relacionados con mis vidas pasadas. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no recordamos vidas pasadas necesariamente porque haya un trauma o alguna emoción por resolver. A veces simplemente recordamos porque se dan situaciones similares que nos hacen sentir como en el pasado. En los últimos meses, sospecho que estos elementos son los que tienen que ver con la difusión del veganismo. Ser activista en este sentido supone tener que enfrentarte todos los días a burlas, desprecios y ataques personales por defender una postura que debería ser de ética básica: no puedes afirmar que amas a alguien mientras que al mismo tiempo participas de su explotación y muerte. Como me pasa con otras vidas también, por fortuna hoy es poco probable que venga alguien a decapitarme por pensar así y difundir esa verdad, pero eso no impide que en determinados momentos me sienta igual que en mi vida cátara. Día sí día no tengo que encontrar formas de transmitir mis mensajes sin caer en la intolerancia, fingiendo que esos ataques no me afectan. Pero en el fondo sí que me afectan, y me hacen sentir como en aquella escena de humillación por parte de dos soldados en la fortaleza que acabaría siendo mi tumba. Aquella escena que ni siquiera quise describir en detalle. En lugar de utilizar casco y armadura, ahora los humanos nos escudamos detrás de las pantallas de los ordenadores, pero en esencia no hemos cambiado mucho: algunos individuos aún creen que es lícito insultar y burlarse de alguien que defiende la vida y los derechos de seres indefensos. Ni que decir tiene que mi vida cátara me está dando mucha fuerza interna para seguir con mi activismo. Como dice una de mis compañeras activistas, lo superas rápidamente en cuanto recuerdas que las verdaderas víctimas son los animales no humanos, no tú. Que me mataran en otra vida no me va a impedir seguir luchando por algo que es justo.
Comentarios
Las últimas semanas están siendo realmente tranquilas en relación a mis vidas pasadas, tal vez demasiado para mi gusto, pero esto es algo que no puedo cambiar. Quizá es porque ando muy concentrada en otros ámbitos de mi vida, o quizá es porque ya resolví todos mis problemas relacionados con vidas pasadas, quién sabe. En cualquier caso, espero encontrar tiempo para seguir contando mis recuerdos aunque no esté en past life mood. Prometí que iba a hablar de uno de mis recuerdos de mi vida cátara que también resultó impresionante, porque supuso una de esas verificaciones instantáneas que de vez en cuando ocurren. Para ello, volvamos primero al pueblecito medieval (sea Termes o Carcasona) que parece haber sido mi hogar a principios del siglo XIII. Vi el pueblecito medieval, con una escalinata de piedra similar a la imagen de Termes que puse, pero algo más ancha, y con edificios a ambos lados, yo iba bajando. Vi una fuente circular, de unos tres metros de diámetro, posiblemente con caños en el centro. Al pensar cómo llevamos el agua, me vino con cubos de madera, uno a cada lado de una barra que ponemos sobre los hombros. Me vi también con una cesta yendo al mercado a comprar verduras. Las cestas las hacemos nosotros mismos. [En otro flash de una noche que ni siquiera he apuntado en mi diario, también me vi con una cesta bastante grande que llevaba colgada del hombro a modo de bandolera. Y por alguna razón, tengo una imagen de estar haciendo una de esas cestas, entrelazando las tiras de mimbre, cosa que nunca he hecho en esta vida, que yo recuerde]. |
AutoraMi nombre virtual es Eowyn. Llevo desde 2011 investigando y experimentando la reencarnación. Este blog es solo una mínima parte del resultado. ¡Sígueme en Telegram!
Categorías
Todo
Archivo
Abril 2023
Donaciones
¿Es mi blog útil para ti?
¿Te gustaría apoyar mi causa? ¡Gracias! |