Cuando empiezo a sentirme así, lo primero que me pregunto es si no seré que me autosugestiono yo misma. Miro el calendario, es Agosto, la vida no es que vaya sobre ruedas, aunque no me puedo quejar... bueno, voy a deprimirme. Esto, en todo caso, podría ser aplicable a los últimos años, en los que vengo sospechando con más fuerza que algo muy terrible sucedió en este mismo mes, solo que en 1942. Antes, me deprimía y ya está, no sospechaba nada. Pero en aquel entonces las únicas razones a las que achacaba el sentirme así eran las hormonas, el final del verano, menos horas de luz, la aproximación de un curso más lleno de preocupaciones... Ahora, como ya he notado hace un año, y el año anterior, sé que no es casual que siempre me sienta así por estas fechas. Por alguna razón los aniversarios nos juegan malas pasadas a los reencarnacionistas.
Lo llevo observando ya varios años consecutivos, por supuesto sin contar con toda mi vida anterior en la que no tenía recuerdos de otras vidas, pero sí sufría de una fuerte depresión de origen desconocido que se hacía más fuerte según la época. Ahora las cosas han cambiado. Ahora no solo sé el origen, sino también que es en Agosto cuando parece que algo me arrastra irremediablemente al abismo. Para ser exactos, me siento muerta. Ya puede brillar el sol ahí fuera y ya puede haber cientos de veraneantes disfrutando de sus vacaciones, que para mí todo se siente como una lenta agonía, un transcurrir de días que ya han perdido la razón de ser. Me abandona el deseo de vivir.
Cuando empiezo a sentirme así, lo primero que me pregunto es si no seré que me autosugestiono yo misma. Miro el calendario, es Agosto, la vida no es que vaya sobre ruedas, aunque no me puedo quejar... bueno, voy a deprimirme. Esto, en todo caso, podría ser aplicable a los últimos años, en los que vengo sospechando con más fuerza que algo muy terrible sucedió en este mismo mes, solo que en 1942. Antes, me deprimía y ya está, no sospechaba nada. Pero en aquel entonces las únicas razones a las que achacaba el sentirme así eran las hormonas, el final del verano, menos horas de luz, la aproximación de un curso más lleno de preocupaciones... Ahora, como ya he notado hace un año, y el año anterior, sé que no es casual que siempre me sienta así por estas fechas. Por alguna razón los aniversarios nos juegan malas pasadas a los reencarnacionistas.
Comentarios
No puedo negar que desde que comencé a escribir este blog, me preocupa que lo que cuento aquí sea creíble. Pero he llegado a la conclusión de que no puedo luchar contra ello. No solo pasa en la reencarnación, sino también en las experiencias cercanas a la muerte, en los sueños con personas fallecidas, en las personas que tienen premoniciones, incluso en los testigos de avistamientos ovni. Tú cuentas tu experiencia. Algunos podrán ser más convincentes que otros: sin duda no es lo mismo afirmar que recuerdas haber sido John F. Kennedy (o cualquier otro personaje famoso) que afirmar que fuiste Francisco Pérez, muerto en la guerra civil española. Pero al fin y al cabo, es solo un testimonio más. El oyente se lo cree o no se lo cree. Por muy veraz que tú seas y por muchas pruebas (verificaciones) que muestres, siempre podrán pensar que te lo estás inventado todo.
Por otra parte, aquí no van a llegar lectores escépticos. Dudo mucho que escépticos recalcitrantes se pongan a buscar blogs sobre reencarnación, y aun en el caso de que existieran, nada de lo que yo les cuente podría cambiar su escepticismo, así que en el fondo no tengo por qué preocuparme de la credibilidad de mi testimonio. Sin embargo, me preocupa porque yo no es que esté convencida de la realidad de la reencarnación, es que sé que es un fenómeno real y universal. Sí, vale, puede que esté equivocada, o puede incluso que malinterprete mis experiencias y resulte que no tengo vidas pasadas, sino que son vidas simultáneas, como dicen algunos (hipótesis que no comparto, por cierto). Pero es indudable que la consciencia sobrevive a la muerte, y aunque hablemos solamente de eso, ya son palabras mayores. Una convicción que no puede quedar en silencio. |
AutoraMi nombre virtual es Eowyn. Llevo desde 2011 investigando y experimentando la reencarnación. Este blog es solo una mínima parte del resultado. ¡Sígueme en Telegram!
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