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Entrevista 1: Hipnosis regresiva.
2. El entrevistador le pregunta si hay individuos que no pueden ser hipnotizados. Wambach explica que eso es una concepción errónea que tenemos sobre la hipnosis. Ella lo que hace es llevar a las personas a un estado muy similar al sueño, a un estado en el que hay movimiento rápido de los ojos. Cualquier persona puede entrar en ese estado.
3. El entrevistador le pregunta si existe alguna diferencia entre hombres y mujeres. Wambach responde que no. La diferencia suele ser solo en su actitud consciente frente a la hipnosis y a la reencarnación. Por lo general las mujeres se interesan mucho más en cuestiones espirituales y los hombres suelen ser más escépticos, pero puede ocurrir que luego en la sesión sea el hombre el que entre más rápidamente en hipnosis y tenga vidas pasadas que reportar, mientras que la mujer no (en mi opinión, diría que esto probablemente sería debido a tener demasiadas expectativas). Tengo que decir que esto es totalmente cierto. En los foros que he conocido desde que recuerdo vidas pasadas, quizá un 90% son mujeres. Quizá la única razón sea que las mujeres somos más proclives a compartir nuestros sentimientos y hablar de nuestras experiencias espirituales con otras personas.
4. ¿Se retiene el sexo de vida en vida? Por supuesto que no. Wambach afirma que todos los sujetos que han recordado más de tres vidas, han cambiado de sexo biológico. Sé que esta afirmación no gusta a ciertas personas, normalmente religiosas, que aún tienen la idea anticuada de que el alma tiene género y por tanto no podemos recordar vidas pasadas de distinto sexo. Los datos hablan por sí solos. Aunque parezca mentira, me he encontrado con este tipo de personas en más de una ocasión… y es imposible razonar con ellas.
6. En la época de esta entrevista ya habían empezado a surgir terapeutas de vidas pasadas. A mí me produce mucha satisfacción ver cómo Helen Wambach fue un auténtica pionera y muchos psicólogos comenzaron a utilizar sus métodos. El problema es que luego se nos ha ido de las manos… Ojalá muchos terapeutas hubieran mantenido la misma actitud racional y científica de Wambach, y ojalá hubieran seguido haciendo análisis estadísticos de manera sistemática. Si hubiera sido así, ahora otro gallo cantaría. Es cierto que la terapia regresiva sirve para mejorar los síntomas de muchos pacientes. Wambach menciona que hizo una encuesta entre los terapeutas que estaban trabajando de esta forma, y encontró que un 62 % de los pacientes mejoraba, lo cual, comparado con otras terapias, es favorable, pero, como todo el mundo debería saber ya, no es una cura milagrosa. Podría hablar sobre esto largo y tendido, pero como no tengo mucho espacio, solo haré referencia a este artículo. Siempre ha sido una de mis luchas.
7. Me congratula ver los paralelismos que existen entre el camino que siguió Wambach y el que he seguido yo. Ella estaba desencantada con la religión y pensaba que la ciencia tendría las respuestas. Yo estudié una carrera de ciencias justamente por eso, porque en mi ansia de conocer más y desvelar los misterios de la vida, pensé que esa era la mejor manera de hacerlo. Dice Wambach que ella primero se hizo una agnóstica de la ciencia, y luego una atea de la ciencia. Yo diría casi lo mismo. Por un tiempo me costó aceptar que hubiese tantos científicos con mentes tan estrechas. Aquí una prueba de ello. Pero como hoy hablamos de Helen Wambach, cito literalmente lo que dice en la entrevista:
“La ciencia es básicamente la creencia dogmática de que el cerebro izquierdo lógico puede descifrar el mundo y organizarlo satisfactoriamente y proveer felicidad. Creo que hoy tenemos prueba viviente de que eso no es cierto.”
8. Por último, Wambach me sorprendió afirmando que tuvo dos experiencias cercanas a la muerte. Vivió en persona lo que es que no te funcione el cuerpo y sin embargo poder ser consciente de todo de manera extraordinariamente vívida. Me sorprendió porque yo no conocía este hecho, sin embargo de alguna forma lo intuía. Lo repetiré cientos de veces más: es la experiencia lo que te cambia. Y en muchos casos, somos nosotros, los que tenemos experiencias personales, los que dedicamos nuestras vidas a investigar profundamente estos fenómenos, adquiriendo aún más certeza de que la muerte no es el fin, mientras que la gran mayoría de personas siguen discutiéndolo eternamente, desde el punto de vista intelectual o filosófico, sin llegar nunca a ningún sitio. No hay más que pasar cinco minutos en cualquier grupo de escépticos y te darás cuenta de ello. Repito: no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Entrevista 2: Progresiones.
No me voy a detener mucho en esto porque es muy difícil verificar los detalles que se obtienen en las progresiones. Es evidente que no se puede investigar nada hasta que llega ese tiempo futuro. He encontrado esta corta referencia a la investigación de Wambach, y parece que algunas de las cosas no se han cumplido (aunque quizá sea demasiado pronto para hablar, porque otras sí que lo han hecho):
There was evidence, she believed, that there was a decline of up to 95 percent of the population within a few generations. Concerned, Wambach asked one of her students to progress to a specific date in the late 1990s but had to bring the woman out of hypnotic trance rapidly after the woman found herself "choking to death on a big, black cloud". Wambach found predictions for the last years of the century to include severe earthquakes, a new US currency, severe weather patterns, financial crises, bank failures, an increase in volcanic activity and the decimation of a large number of people. In 1999, there would be an isolated incident in which a nuclear explosion in Europe kills many people.
http://www.carolmoore.net/articles/helenwambach.html
“La investigación grupal muestra que la Tierra en 2100 está sufriendo enormemente, la vegetación ha desaparecido de la Tierra, la gente vive en ciudades cerradas, cúpulas transparentes, los alimentos que comen son artificiales, los describen como muy insípidos. La población en 2100 es un 5% de lo que es hoy. La vida también es perpetuada en una colonia espacial, no en otro planeta y no en naves espaciales, sino en una colonia espacial orbital donde aparentemente se han llevado semillas y hay algunos agricultores, con un espacio muy limitado.”
Especialmente interesante me parece la ampliación de consciencia que se producirá después del 2100. Según Wambach, la muerte, en esa época, es una cuestión de elección. Ya no existen enfermedades, y cualquiera puede llegar a los 120 años y decidir que quiere irse a descansar. Esto, personalmente, me da bastante esperanza, aunque para llegar ahí, primero seremos testigos de cómo la Tierra es destruida por la actividad humana. Y, tal y como están las cosas, creo que ni siquiera movimientos como el veganismo, del que formo parte y va creciendo poco a poco, será capaz de detener esa autodestrucción. Lo bueno es que la Tierra tiene el poder de auto-regenerarse, y lo hará en cuanto un gran número de humanos desaparezcan.
La reflexión final de Wambach es sobre cómo será el mundo cuando las personas que saben que la muerte no existe sean mayoría. Dice que eso es fácil saberlo mirando el comportamiento de las personas que ya lo saben, que por fortuna existen, aunque seamos pocos. Estas personas normalmente son gente pacífica, no llevan a cabo juegos de guerra y no tienen interés por las cosas materiales. Yo puedo dar fe de esto, modestia aparte. Y según Wambach, probablemente lo mejor que podemos hacer para mejorar el subconsciente general es buscar el significado en las cosas simples, ser más amable, ser más universal, escuchar a los niños, acariciar a tu perro o gato, o agradecer la luz del sol cuando brilla.
Creo que tiene toda la razón.