Sin embargo, al leer el artículo sentí un poco de decepción. Yo me esperaba que los 469 niños que mencionan fueran nuevos casos, que hubiesen hecho al menos una encuesta en niños occidentales con disforia de género, y hubieran estudiado si esto tenía alguna relación con sus recuerdos de vidas pasadas. Pero en realidad esos 469 niños procedían de la ingente base de datos recopilada por el doctor Ian Stevenson en sus días y el estudio es únicamente un análisis estadístico de esos datos. No digo que no sea importante y que no tenga validez, pero digo yo que debería ser hora de empezar a hacer cosas por nosotros mismos en lugar de seguir apoyándonos en el trabajo de una persona que murió hace más de una década. Como siempre, siento que apenas avanzamos.
Pero vayamos al estudio en sí. Si algún lector quiere acceder al artículo entero de manera gratuita y no sabe cómo hacerlo, que contacte conmigo y me deje un correo electrónico. Yo le diré cómo hacerlo. Otra opción es entrar a Foro Reencarnación y localizar el hilo donde ya hablé por primera vez de este artículo. Por suerte lo tengo en la parte pública para que todo el mundo pueda acceder a él.
El resumen del artículo, ya traducido por una servidora, es el siguiente:
Disconformidad de género en la infancia y recuerdos de vidas pasadas en niños.
Objetivos: Este estudio analiza la disconformidad de género en la infancia en conjunción con el fenómeno en el cual niños pequeños describen recuerdos de una supuesta vida pasada.
Métodos: En un estudio de caso-control de 469 niños que reportan recuerdos de vidas pasadas, utilizamos regresión logística para examinar predictores de disconformidad de género en la infancia, medidos a través de comportamientos documentados de disconformidad de género.
Resultados: Niños que recordaban una vida que envolvía un sexo natal distinto presentaban mucha más probabilidad de exhibir disconformidad de género que los niños que recordaban una vida del mismo sexo.
Conclusiones: Después de explorar posibles explicaciones, concluimos que los recuerdos de vidas pasadas representan un factor novedoso que puede estar asociado con el desarrollo de la disconformidad de género en la infancia.
Explicado con palabras que se puedan entender, el artículo concluye que si has tenido una vida pasada en la que tenías un sexo biológico al que tienes actualmente, es más probable que desarrolles disconformidad de género, es decir, que sientas que tu identidad de género no se corresponde al sexo biológico de tu cuerpo actual.
Un dato interesante que se muestra en el artículo es que la disconformidad de género no tiene connotación patológica y su prevalencia llega a ser de un 3’2% en niños y un 5’2 % en niñas. En cuanto a las causas que la producen, se sabe que factores genéticos y ambientales juegan un papel preponderante, pero aún se desconoce la naturaleza exacta de estos factores. Dentro de los factores ambientales podemos tener factores sociales como el estilo de crianza o el tipo de interacción entre el padre y el niño, o factores biológicos como la exposición prenatal a la testosterona.
Aquí es donde entran en juego los niños que recuerdan vidas pasadas. Muchos de estos niños recuerdan vidas de personas de distinto sexo, y una parte de ellos muestran un comportamiento típico de disconformidad de género. En el artículo se estudian cuál es la relación entre ese cambio de sexo y la aparición de la disconformidad de género. Seguidamente se describe detalladamente cómo se hizo el análisis estadístico, que es de difícil comprensión incluso para los que sabemos algo de estadística, así que iremos directamente a las conclusiones.
La asociación entre el tipo de recuerdos de vida pasada y la disconformidad de género fue estadísticamente muy significativa. El 80% de los sujetos que tenían recuerdos de una persona de distinto sexo exhibían disconformidad de género, frente al escaso 5’8% de los sujetos que tenían recuerdos de una persona del mismo sexo.
Para descartar la posibilidad de que los propios padres asociaran la presencia de disconformidad de género de su hijo con una posible vida pasada (por ejemplo un pariente de distinto sexo recientemente fallecido, un pariente que murió por heridas que se corresponden con marcas de nacimiento en el niño, o casos en los que ha habido previamente sueños de anunciación), se hicieron más análisis, y se vio que la disconformidad de género no tenía relación con marcas de nacimiento ni con sueños de anunciación. También se vio que no existía una relación estadísticamente significativa entre la disconformidad de género y una actitud positiva de la madre hacia el hecho de que esa disconformidad estuviera originada en los recuerdos de vidas pasadas.
La conclusión del estudio la traduzco literalmente:
Mi opinión.
Para mí está clara la relación entre la disforia de género y recordar una vida pasada de otro sexo. Yo misma he visto numerosos casos en personas que me he ido encontrando a lo largo del camino, desde que empecé a moverme en foros y a investigar en serio la reencarnación. Yo también tengo cierto grado de disforia de género, ya que siempre me he sentido más cerca de ciertas actitudes que consideraríamos “masculinas”.
Ahora bien, no sé muy bien cuáles podrían ser las causas que podrían producir la disforia de género. En el artículo, que ya es bastante complejo, solo se tiene en cuenta una vida pasada (posiblemente la más reciente, o la que el sujeto recuerda con mayor detalle). Yo recuerdo muchas vidas pasadas y aún así considero que tengo algo de disforia de género. La explicación que le damos en nuestro círculo tiene que ver con la posibilidad de que el género con el que te identificas no es más que una preferencia, igual que puedes sentir más afinidad con una nacionalidad que con otra, o igual que te pueden gustar las comidas picantes porque tuviste una vida pasada en la India. ¿Qué es lo que determina estos gustos o preferencias? Mi teoría es que ciertamente influyen factores genéticos y ambientales (hormonales, y sobre todo, neuroquímicos). La cuestión es, ¿cómo se originan estos factores? ¿Qué es lo que interviene en la formación de un nuevo cuerpo para que ciertos gustos o preferencias se transmitan de una vida a la siguiente? Solo cabe una respuesta: el alma. Pero, ¿qué es el alma? Yo respondería: es la esencia, la matriz, un entramado de energía, de partículas subatómicas al fin y al cabo, que de algún modo deben traer ya codificada la información que conforma nuestro ser más íntimo. Ahí es donde llevamos grabadas nuestras experiencias, por tanto sabemos cuántas veces fuimos hombre y cuántas veces fuimos mujer, y sabemos qué influencia tuvo cada sexo en que nuestras experiencias fueran positivas o negativas. Y eso es lo que determina que en una vida siguiente prefiramos ser hombre o mujer, y nos sintamos a gusto o no con el sexo que nos ha sido asignado. Quizá haya también una razón para elegir ese sexo (si es que de verdad podemos elegir), quizá es en teoría mejor para vivir las experiencias que queremos vivir, pero aún así, no puedes evitar que tu preferencia siga siendo la opuesta.
En todo caso, creo que siempre llegamos al mismo punto muerto: mientras la ciencia no determine qué es el alma en realidad, cuál es la verdadera naturaleza de nuestra esencia, seguiremos estancados en una visión demasiado materialista de la realidad. En mis redes sociales suelo ver con frecuencia a personas discutiendo sobre feminismo y los factores que hacen que una mujer sea mujer y un hombre sea hombre. Creo que andan bastante confusos, ya que no tienen en cuenta una parte fundamental: nuestra parte espiritual, esa que no se puede medir mediante químicos ni hormonas ni factores ambientales.