Como ya conté en su día después de la visita al Museo Naval de Madrid, estuve leyéndome en profundidad todos los documentos que pude encontrar sobre la batalla de Tolón y la muerte de James. Aún no he publicado en el blog todo lo que aprendí de la historia. Lo que más me interesaba era verificar mis recuerdos, claro, pero no es que haya muchos detalles. Por ejemplo se mencionaba que rechacé la ayuda del médico, en concreto se dice exactamente que solo viví lo suficiente “para expresar la agonía en la que se encontraba, negando con su cabeza al cirujano”. Yo podía imaginarme perfectamente negando con mi cabeza, pero no me llegaba la escena entera por mucho que intentara recordar (porque por mucho que algunos se empeñen, una cosa es imaginar y otra cosa es recordar). Tampoco se especificaba si mis piernas habían sido cercenadas por completo o si estaban inutilizadas por el destrozo causado por el famoso chain-shot. Sin embargo, mientras escribía mi experiencia en el museo, aquí mismo en el blog escribí que en una sesión de autoreiki (día 16 de enero de 2017) había pasado esto:
No noto nada extraño durante la sesión, pero una vez acostada siento dolor extraño localizado cerca de la rodilla izquierda. Un punto está situado un poco por encima de la rodilla, posición dorsal. El otro punto está por debajo de la rodilla. No sé por qué, pero siempre me imagino que los tejidos de la pierna izquierda quedaron completamente destrozados, pero la pierna en sí no estaba seccionada. La pierna derecha tenía menos daños, pero quedó como colgando. Una lástima que nunca podré verificar estos detalles. Aparte de estas sensaciones físicas, también noto algo de las emociones que debieron acompañar a este suceso, principalmente darme cuenta de que no me podía levantar, pensar que no quería quedarme inválido, y saber que iba a morir.
La mañana del domingo fue cuando varios usuarios del foro que administro nos reunimos virtualmente para hacer una meditación conjunta. En el transcurso de esa meditación no salió nada relacionado con mis vidas pasadas. Pero el movimiento de energía empezó a tener un efecto inesperado por la noche. Como estos flashes me vinieron en un estado entre sueño y vigilia, no les daba una fiabilidad completa. Aún no he aprendido que este tipo de recuerdos suelen ser igual o más certeros que los obtenidos en una regresión normal.
Esto es lo que escribí en el foro justo al día siguiente:
Me acosté súper-relajada después de la meditación/sesión de reiki y empecé a notar el típico dolor de piernas cansadas. Lo raro es que ayer no caminé mucho para lo que es habitual en mí, y además era solo la pierna izquierda, desde la rodilla hasta abajo, y luego al final se intensificó un poco en el lado interno de la rodilla. Siempre he tenido la sospecha de que la pierna izquierda salió más perjudicada, porque el cañonazo vino por el lado izquierdo y por las sensaciones raras que he tenido siempre en esa rodilla a lo largo de mi vida, nada serio pero como si fuera un punto débil.
Mientras sentía el dolor traté de concentrarme para ver si me venía algo, ignorando la sensación porque sabía que iba a pasar enseguida. Entonces me vinieron algunos flashes. Las crónicas no especifican si mis piernas fueron seccionadas del todo o solo quedaron inutilizadas. Por lo que yo intuía, fue lo segundo, ya que el destrozo de las astillas de madera habría producido heridas importantes pero difícilmente una sección limpia. En todo caso, que no podía levantarme, eso por supuesto. Creo que con la pierna derecha sí que pude apoyarme un poco y así recostarme sobre sacos o contra la pared, no sé muy bien. Supongo que en algún momento debí de ver cómo habían quedado las piernas, pero no creo que mirase por segunda vez... Por supuesto, supongo que al oír la explosión y al ser yo el capitán, muchos acudieron. No recuerdo nada así muy claro en concreto, sí siento gente alrededor, conmocionados, van y vienen, gritando, pensando qué hacer... supongo. Y esta sí que es una imagen que me vino: creo que estoy ya medio inconsciente, pero veo un gran maletín de madera que supongo es del médico, y el médico se inclina a mi derecha, y creo que de pronto siento algo que me quieren poner en la pierna izquierda a modo de torniquete. No, no es un cinturón ni nada parecido, sino un mamotreto de metal, me recuerda a la estructura de un garrote vil, que va justo por encima de la rodilla, y lleva como una manivela para apretarla a rosca. Sé que debería intentar verificar esto porque aseguraría que no lo he visto en ninguna parte.
Al darme cuenta de lo que están haciendo cojo del brazo a alguien (supongo que el doctor) y le digo que ni hablar. No sé si realmente llego a decir algo o solo niego con la cabeza. Pienso algo como: "Que ayuden a los que de verdad necesitan ayuda o tienen más posibilidad de sobrevivir". Saben que eso es el equivalente a decir que me dejen morir, pero obedecen. Creo que me tapan con una manta y como seguimos en medio de la batalla, supongo que les digo que sigan con sus tareas y, eso sí, sé que pienso en Frederick, mi primo, porque es al que le paso el mando antes de morir. Y me frustra que siga sin recordar nada de él (me emociono y todo). Y creo que después de hablar con él, entonces sí, me quedo solo y poco a poco empiezo a tener frío hasta que pierdo el conocimiento por la pérdida de sangre (que es lo primerísimo que recordé allá por 2012).
Más o menos eso fue todo. Una pieza más del puzle.
Al día siguiente volví a meditar y fue realmente mágico porque conseguí conectar con la energía de James como nunca antes. Con esto no me refiero a nada extraño, solo quiero decir que me sentí como si estuviera realmente dentro de él y pudiera sentirlo todo como él lo sentía, como si estuviera realmente reviviéndolo todo. No voy a describirlo en detalle porque no tiene que ver con mi muerte.
Ese mismo día investigué el tema del torniquete, y entonces es cuando vino la gran sorpresa. Es una de esas verificaciones que impactan y que incluso te hacen llorar, porque es entonces cuando la realidad de la reencarnación vuelve a golpearte con fuerza. Y da igual cuántos años lleves en esto, o cuántas verificaciones lleves en tu haber, siempre te impresionan.
Busqué en Google "18th century leg torniquette" y encontré esta foto:
Puedo asegurar que jamás lo había visto. No sale en la película Master & Commander, y ni siquiera he empezado aún a leerme los libros de Patrick O’Brian que he comprado justo para seguir homenajeando a James este año.
Imágenes reales:
Creo que recordamos simplemente porque podemos, porque decidimos mantener las puertas abiertas y, sobre todo, porque no dejamos de preguntar y pedir respuestas a nuestros guías. Si quieres saber, las respuestas llegan tarde o temprano. Si no quieres saber, se respeta tu deseo de permanecer en la ignorancia. Creo que es tan simple como eso.