En algún momento, cuando yo no estaba con ellos, se produce la desgracia… No sé cómo nos enteramos. Pero debió de ser un asunto bastante feo, porque desde la muerte de Robert todo cambió para peor.
«De pronto me vi visitando la tumba de mi hermano Robert, pongo un ramo de flores sobre ella. La lápida es de madera. Primero estoy en cuclillas, pero como paso mucho tiempo allí, al final acabo sentándome en el suelo, preguntándome cómo murió y por qué Johnson se atormenta tanto desde entonces. Entonces los veo a los dos juntos, Johnson con una gabardina oscura hasta los pies y una escopeta de dos cañones, demasiado impetuosos, mi padre les advierte que dejen en paz a los indios (“Leave’em alone”), que hagan caso a un veterano de guerra como es él, pero por alguna razón están picados con los indios y tienen sus luchas con ellos. Yo en ese entonces soy más joven y creo que no los acompaño aún. No sé en qué acaba todo esto.»
(Regresión 21-4-2012.)
«Intento centrarme en el corazón, aunque cuesta, como siempre. Siento algo de pena. No excesiva, algo que me produce cierto decaimiento. De pronto empiezo a ver unas literas de madera, bastante juntas, en lo que parece un dormitorio común. Habría como cinco o seis filas de literas a cada lado. El sitio está un poco en penumbra. Y vacío. Yo estoy de pie entre ellas, como observándolas. No sabía qué era exactamente ni quién era yo... aunque empecé a sospechar que era el Oeste. Pensé: “Es una especie de albergue”. Luego pensé que estaba buscando a alguien... a mi hermano Robert. Veo levemente al hombre que regenta el albergue, le he dado la descripción de mi hermano, pero no recuerda haberle visto. Tengo que seguir buscándole. Tememos que le ha pasado algo porque hace días que dijo que se marchaba con unos amigos y no ha vuelto aún, así que cojo un caballo y salgo en su busca. Recorro muchas millas a caballo, yo solo, entre ríos y montes, durmiendo al aire libre o donde puedo, en la dirección que se supone se fue. Veo varias veces el rifle que llevo conmigo por si pasa algo. De momento nadie sabe nada. Siento que la barba me empieza a crecer. Llego a un pueblo importante (probablemente Denver). Me viene la imagen de un edificio muy grande, tan grande que yo no he visto nunca nada igual. La fachada es como de color rojizo, con varias naves seguidas, que acaban en pico, y en la parte de arriba hay como unas esferas. Pienso que es la estación de trenes. Voy a la comisaría y hablo con el sheriff, me pregunta si tengo alguna foto de Robert, pero no la tengo. Aún así veo unos carteles con un dibujo con su cara (no sé si los hace él o los traigo yo) y me promete que los colgará por el pueblo para ayudarme a encontrarlo. Pero cuando me voy me aconseja que no guarde muchas esperanzas. “Have little hope”. Yo no puedo ir más lejos... y tengo que volver a casa.
Entonces me veo en casa. No veo a mi madre, pero no estoy seguro de si está muerta. Mi padre sí que está, aunque por su lesión en la pierna no puede montar ni hacer grandes esfuerzos. Mi hermana está muy preocupada y cuando le digo que no hay noticias trata de reprimir el llanto, la abrazo, sé que quería mucho a Robert. Mi hermano pequeño también está, pero con él es más difícil hablar.
Tengo que ocuparme de los animales, y no tengo el ánimo como para hacerlo. Entonces un día llega Johnson, me dice que sabe que he estado buscando a Robert, y me confiesa que él sabe dónde está... su cadáver. No me puedo creer que haya tardado tanto en decírmelo. Me dice que lo mataron, pero no quiere contarme qué pasó exactamente. Le digo que debemos decírselo a mi padre, voy y se lo cuento, y le digo que iré con Johnny a buscarlo. Él está de acuerdo y me aconseja llevar una carreta para traerle y enterrarle como es debido. Johnson y los que iban con él le cubrieron con una manta y le pusieron unas piedras encima, y marcaron el sitio con un palo o algo así. Lo sé porque esa es la imagen que tengo de cuando llegamos al lugar. Han pasado días y me dicen que no le mire, pero he de hacerlo. Le pregunto a Johnson si está seguro de que es él. Claro que lo está. No sé si llego a levantar la manta, pero sí creo que lleva su camisa de cuadros rojos y negros y por eso le reconozco. Cuando llego y lo veo me quito el sombrero, planto una rodilla en tierra y me santiguo, desolado. Luego me ayudan a transportarlo. Sé que se hizo un funeral y lo enterramos, pero eso ya no llegué a verlo.
Sigo insistiendo a Johnson que me cuente lo que pasó, pero nunca lo hace, y el resentimiento hacia él va creciendo... ¿Cómo no me lo dijo antes?
(Regresión 24-9-2015.)
Por la noche, antes de dormirme, aún me seguía llegando información.
«Estaba en casa, nos reuníamos toda la familia alrededor de la mesa del comedor. El ambiente es bastante tenebroso, es una mesa de madera rectangular, bastante grande. Ahora diría con más seguridad que mi madre ya murió, de hecho llego a pensar que por suerte estaba ya muerta, porque si no lo habría pasado muy mal con la muerte de Robert. Veo a mi hermana y a mi padre, que se sienta serio a la derecha. Aún estamos muy tristes por lo que ha pasado. Le pregunto a Alice si ya se lo han contado a Jamie, me dice que sí, me preocupo por él. Mi padre me mira fijamente, todos ellos están preocupados por mí también, en concreto mi padre teme que quiera vengarme y elija un camino equivocado (pero eso está muy lejos de mi mente, creo que aprendí bien la lección como Roderic). Sobre todo siento decepción, mucha decepción por Johnson. Y no sé qué hacer con respecto a él. Alice me dice que debo perdonarle, pero ¿cómo puedo hacerlo? Mi padre me aconseja olvidarlo todo, dice que ahora Robert estará con Dios, y ya está, no debemos hacer nada más.»
(Recuerdos espontáneos, 24-9-2015.)
Tres años antes ya había recordado algo similar. Parece ser que mis suposiciones no eran correctas del todo. Es normal que con el tiempo los recuerdos se amplíen.
«Vi un poco de cuando los chicos traen a Robert ya muerto. Supongo que lo trajeron en caballo, y al llegar al pueblo les prestaron una carreta. Yo veo el cuerpo en ella, con el boquete en el pecho, Robert llevaba una camisa de cuadros que podría ser roja y negra. Viene acompañado de dos o tres chicos, Johnson entre ellos. Me mira serio e imperturbable, y mi reacción es de mucha tristeza, pero tampoco pongo el grito en el cielo, creo que de algún modo me lo esperaba, y miro con rencor a Johnson, preguntándole con la mirada por qué no hicieron caso a nuestro padre, por qué siguieron yendo a por los indios… Le pregunto qué asunto tenían con ellos, él responde que tenía que ver con sangre (me imagino que un asesinato, una pelea…). Pero por lo demás continúa en silencio, y yo en ese momento no estoy para interrogarle. Creo que hay cierto rencor hacia él, pero asumo la muerte de mi hermano.
Luego, algún flash de cómo empiezo a perderme, y cómo Alice intenta que vuelva a la realidad y la ayude en el rancho, pero la tristeza comienza a hacer mella en mí. Discutimos a menudo y yo le digo que no me importa nada el rancho. Jamie me mira decepcionado por mi comportamiento.»
(Regresión 8-10-2012.)