Siendo Roderic fui apresado y condenado a morir en la horca.
Siendo Susan fui encarcelada y condenada a morir en la horca.
Ahí acaban las coincidencias entre las dos vidas pasadas.
Permanecer un tiempo en prisión te destruye el alma, y en ocasiones te puede llevar al borde de la locura. Una de las principales razones que tengo para pensar que en cada encarnación se crea un nuevo cuerpo mental (haciendo uso de terminología esotérica), es que nos sería imposible vivir con la misma mente que teníamos en otras vidas, especialmente cuando ciertas experiencias te hacen llegar a la muerte en un estado tal de desequilibrio que volver a funcionar con ella tal y como lo hacíamos en la niñez sería poco menos que un milagro. Sí, lo sé, quizá debería empezar por definir qué es la mente para mí, pero dejaré eso para otro día...
Nothing to blame, but the actions you choose
Driven insane by the conscience of treason
Running in vain from a life of abuse