Antes de continuar con la historia del caballo, uno de los principales protagonistas de mi vida en el Viejo Oeste Americano, decir que ya a mediados de abril de 2012, en una regresión me empezó a venir información sobre el lugar en el que vivo. Cierto que estamos muy influenciados por las películas y muchos nombres de los estados americanos nos son familiares y no sería muy difícil de deducir, pero aún así veremos que se dieron algunas «coincidencias» bastante sorprendentes durante la investigación, teniendo en cuenta que yo de los estados de Estados Unidos no es que sepa mucho, y sería incapaz de situar la mayoría de ellos sobre un mapa.
En concreto, me empezaron a venir en inglés las palabras «white plains», «great plains», «springs», a veces precedido de «palm», y también que estábamos en Colorado. También destacó «the Grand Canyon» (así tal cual). Cuando digo que «me empiezan a venir» es como que están flotando en mi mente mientras estoy en la regresión, no es que ponga ningún esfuerzo por mi parte para recordar.
También había empezado a identificar a miembros de mi familia. Mi madre murió cuando yo era pequeño. Mi padre era un veterano de la Guerra de Secesión. Tenía un hermano mayor (Robert, que tiene un papel fundamental en la relación con Johnson), una hermana algo mayor que yo (Alice) y un hermano más pequeño (Jamie). De ellos ya hablaré en profundidad más adelante.
«Estaba intentando poner una silla al caballo de los indios (lo veo muy claramente, con sus manchas blancas, es precioso), pero no se deja porque no está acostumbrado. Se encabrita y es difícil calmarlo. Puede que mi amigo el rubio ande cerca, es posible que me diga que fui tonto al robárselo, si al final no puedo darle uso. Creo que tengo un hermano pequeño (no mayor de diez años), a quien le grito que me ayude. Más tarde, no llego a ver dónde estoy, pero creo que he salido solo al campo. De pronto me doy de bruces con un indio (y creo que hay más alrededor), y siento mucho miedo. El indio tiene una cara muy fiera, va rapado, con cresta en el medio de su cráneo, y diría que lleva mitad de la cara pintada de azul (los ojos), y la otra mitad roja. Yo cometo el error de darle la espalda y echar a correr. Creo que es entonces cuando me matan, pero no lo he llegado a ver.
(Regresión 21-3-2012).
Y ya en octubre, me puse la vieja grabación de Brian Weiss, y creo que es una de las pocas veces en las que voy a un hecho en concreto que deseo ver.
«Cuando Weiss me dijo que empezara a ver mi infancia, utilicé el viejo truco de ver mi infancia, pero de una vida pasada. Primero, no lograba ver mucho a mi alrededor, pero estaba intentando subirme a un cercado de madera. Debo tener unos nueve o diez años. Llevo ropa cómoda y un sombrero. Al principio parecía que era el rancho, pero luego supe que no, el cercado estaba en el pueblo y era un típico rodeo americano. Había mucha gente, fundamentalmente jóvenes que se agolpaban alrededor, y los que iban a montar al toro, al cual se le encerraba en un lugar estrecho por medio de maderos, con sitio para que el mozo se siente sobre él. Había mucha expectación, y también notaba que Alice había venido con nosotros, aunque no le gusta mucho. Yo lo que veía más claramente era cómo trepaba por el cercado, el tacto de la madera de color claro, con astillas.
Después estaba paseando por el pueblo, probablemente descalzo, misma vestimenta, con las manos en los bolsillos. Tengo una pequeña navaja, y paso por al lado de un chico de mi misma edad que está sentado en unos escalones y que me mira un poco desafiante. Es moreno y de tez oscura, pelo espeso. Le digo algo, aunque no recuerdo el qué, en plan algo chulesco, pero sé que acabamos siendo amigos, y le enseño las figuritas que hago de madera con mi navaja (es curioso pero esto me hizo recordar a Roderic, a quien también le gustaba trabajar la madera). Además de con estas figuritas, que son como monigotes con brazos y piernas, también tengo uno de estos palos con la cabeza de caballo con el que corro, un juguete un poco ridículo, pero con el que nos lo pasamos bastante bien.
Después avancé en el tiempo, y quise ver cómo robamos el caballo. Me vi con Johnson y otros jóvenes en el pueblo, simplemente hablando de pie. No estaba muy segura si Robert aún vivía, así que intenté verlo más claramente, y sí, Robert estaba allí. Veíamos a dos indios llegando al pueblo, con ropas de indio con flecos, pero no tienen el aspecto fiero de los otros, sino pelo largo y plumas. Parecen algo desorientados, los miramos con curiosidad, preguntándonos qué hacen por aquí… Traen un caballo con manchas blancas y marrones precioso. Johnson comienza a hacer comentarios despectivos. En cierto momento me viene a la mente la palabra Arapahoe, como si fueran pertenecientes a esa tribu, ni idea si me lo he inventado. Desde luego, no son los que nos dan problemas. A Johnson le fastidia que merodeen por el pueblo sin temer aparentemente a nadie, parece que cree que eso no debería ser así. Se meten en una cantina o quizá en una posada, y dejan el caballo fuera. Alguien piensa en darles un merecido, alguien tiene la idea de robarles el caballo, pero no lo haremos ahora, delante de todo el pueblo. Johnson dice que los observará y ya planearemos algo. Pero la cosa se queda ahí y en principio parece solo una mala idea.
Por la noche me veo levantándome en silencio y saliendo furtivamente por una ventana. Sé que Robert ha decidido no acompañarnos. Los demás (veo como mínimo a uno más aparte de Johnson, pero podría haber más), vamos a la posada, es de noche, nos metemos en el establo, y deciden que yo entre y corte la cuerda que ata al caballo. Lo hago con mucha cautela, con cuidado para que no se inquiete. Y después ellos lo atraen con algo de comida. Es tarea muy fácil y enseguida estamos los tres o cuatro corriendo por el campo con el caballo, sintiendo la tensión del momento y con ganas de reír por lo que acabamos de hacer. Nos reímos de las caras que pondrán al día siguiente, nos reímos pensando en que no se atreverán a decir nada (en este mismo momento me ha venido la idea de que no se atreverán porque podrían acabar ahorcados como he visto a unos cuantos), incluso si se atrevieran, Johnson es el hijo del juez, así que con su palabra bastaría para condenarlos por cualquier cosa que se inventara…
Después de la gamberrada cada uno se vuelve a su casa y Johnson no parece tener intención de quedarse con el caballo. Piensa en dejarlo suelto. Yo le pregunto si está seguro, y el otro chico me dice que se me nota que me gusta mucho el caballo y sugiere que me lo quede yo. Me dicen que no me preocupe, que siempre podemos decir que se les escapó y nosotros lo encontramos vagando por el monte, ellos lo perdieron y ahora es mío. No tiene que insistir mucho. Así que vuelvo a casa con él, Squish le llamo, y me encanta, es precioso.
[El nombre del caballo ya me había venido en otra regresión, no sabía si escribirlo Squeeze o Squish, pero esta última palabra significa «chapotear» o «chapoteo» y me cuadra más.]
Al día siguiente tardo un poco en levantarme, pero ya han descubierto al caballo (que está junto al castaño de Robert). Robert pregunta “¿Así que al final lo hicisteis?”, casi sin creerlo. A Alice no le gusta mucho, pero llega mi padre y se echa a reír y me dice “Buen trabajo”, y yo pienso en montar a Jamie en él (que debe tener como unos diez años), y mi padre dice que primero he de domesticarlo y acostumbrarlo a que lleve la silla de montar, porque si no sería peligroso para Jamie, y yo le digo que así lo haré.
Lo cierto es que en el fondo tengo un poco de remordimiento, pienso en que no les hará nada de gracia a los indios descubrir lo del caballo, e incluso llego a pensar en la posibilidad de devolverlo. También tengo algo de miedo por si los indios decidieran vengarse, pero lo veo poco probable. Así que repito lo que mis compañeros me dijeron, que en realidad es como si lo hubiera encontrado en el monte, es mío por derecho. Creo que lo tuve por varios años.
Y desde luego la aventura fue muy divertida…
(Regresión 9-10-2023).
Indios Arapahoe.
(La traducción es mía).
«No hay evidencia histórica o arqueológica directa que sugiera cómo y cuándo las bandas de Arapahoe entraron en las Grandes Llanuras. La tribu india de los Arapahoe vivió con mucha probabilidad en Minnesota y Dakota del Norte antes de llegar a las llanuras. Antes de la expansión europea en el área, los Arapahoes vivían en Dakota del Sur, Nebraska, Colorado, Wyoming y Kansas. Vivían en tipis que hacían las mujeres con pieles de búfalo. Antes de que fueran enviados a reservas, migraban con frecuencia persiguiendo rebaños, por lo que tenían que diseñar los tipis de manera que pudieran ser transportados fácilmente. Se dice que una aldea entera podía recoger sus casas y pertenencias y estar listos para partir en solo una hora. En invierno la tribu se dividía en campamentos refugiados al pie de las colinas de las Montañas Rocosas en el Colorado actual. Al final de la primavera se mudaban a las llanuras en grandes campamentos para cazar búfalos, que se juntaban para la temporada de nacimientos. Hacia la mitad del verano los Arapahoes viajaban a la región de los parques de Colorado para cazar rebaños de montaña, regresando a las llanuras desde el final del verano hasta el otoño para celebrar ceremonias y para la caza colectiva de rebaños que se juntaban para la temporada de apaeramiento.
Originalmente utilizaban perros para tirar de rastras (travois) con sus pertenencias. Cuando los europeos vinieron a Norteamérica, los Arapahoe vieron los caballos de los europeos y comprendieron que podrían viajar más rápido y más lejos con caballos en lugar de perros. Asaltaban otras tribus indias, principalmente pawnees y comanches, para conseguir los caballos que necesitaban.
[Se ve que esto de robar caballos era costumbre habitual en la época 😂.]
Más tarde se convirtieron en grandes comerciantes y con frecuencia vendías pieles a otras tribus y a no indios. El nombre “Arapaho” podría venir de la palabra pawnee para “comerciante”.
https://www.newworldencyclopedia.org/entry/Arapaho