Quisiera pasar rápido por la parte de los abducidos porque personalmente no me interesa mucho y además este blog es de reencarnación, pero veo que no va a ser posible por la cantidad de cosas que hay para criticar. Para hacernos una idea de en qué consistió el estudio y su seriedad, aquí tenemos una descripción de la muestra estudiada:
One group comprised adults who reported “memories” of extraterrestial kidnapping, whereas a second group reported a history of alien abduction, but had no autobiographical memories of the experience. These participants inferred abduction from diverse indicators such as mysterious marks on their bodies, panic attacks triggered by seeing pictures of the movie character E.T., and an inexplicable passion for reading science fiction. When Susan asked them what happened to their memories, they conjectured that the aliens had zapped the memories from their brains or that the abduction had occurred in “another dimension.” The third (comparison) group comprised participants who denied ever having been kidnapped by space aliens.
Cómo no, encontraron que los dos grupos de supuestos abducidos tenían mayor propensión a crear falsos recuerdos, como si eso demostrara algo.
Por otra parte, para ver si sufrían de estrés postraumático, les sometieron a varias pruebas. Una de ellas consistía en hacerles escuchar una grabación en segunda persona que describía con todo lujo de detalles una experiencia traumática de abducción, para hacerles revivir la situación y observar sus reacciones. Más allá de los resultados, a mí lo que me escandaliza es que estos científicos no tengan reparo en admitir lo bien que se lo pasaron grabando esos fragmentos de audio. Vergüenza me da:
For each of these five scripts, we had them read a list of physiological reactions (e.g., sweating, pounding heart) that they recalled experiencing during the events described in the narratives. I then wrote 30-sec narratives in the second person, present tense that captured the essence of each of the events. Scott Orr audiotaped each narrative in a neutral voice, ensuring that each lasted 30 seconds. It occasionally took Scott several tries to record these narratives properly. He would sometimes burst out laughing while trying to record these stories with the necessary solemnity.
El síndrome tiene efecto porque la persona cree que el recuerdo influyente es verdadero.
Bueno, al menos, los análisis psiquiátricos demostraron que estos abducidos no estaban locos. Quizá por eso los investigadores podían permitirse a sí mismos reírse de los sujetos que tan convencidos estaban de haber sido abducidos. Aunque, eso sí, estos sujetos mostraron mayor tendencia a la disociación, a la conceptualización mágica y al ensimismamiento. Literalmente:
In other words, the abductees were neither depressed nor anxious, but they had reported unusual alterations in consciousness, belief in unconventional modes of causation, and had vivid imaginations and a rich fantasy life.
Pero lo realmente preocupante es la cantidad de creencias que tienen en común con muchos reencarnacionistas. Según el estudio, cualquiera que contempla seriamente la posibilidad de que los extraterrestres se dediquen a llevarse terrícolas a sus naves espaciales y a hacerles todo tipo de experimentos médicos, tiende a tener ideas extrañas... y además, el 70% de este tipo de personas cree en la predicción del futuro o las cartas del tarot, el 60% en la astrología, el 70% en fantasmas, el 70% en terapias sanadoras bioenergéticas y el 80% en remedios alternativos o herbales. Por supuesto, en el grupo control, donde la gente era más “normal”, la creencia en este tipo de cosas era menor. Vamos, que si los que tenemos “recuerdos falsos” no estamos locos, nos falta poco para estarlo, porque, ¿quién en su sano juicio creería en fantasmas o en el reiki?
Lo que viene después sí que es interesante de verdad. Se dieron cuenta de que los episodios de abducción comenzaban mientras los sujetos sufrían parálisis del sueño acompañada de alucinaciones hipnopómpicas, además de muchos otros síntomas como la sensación de corrientes eléctricas a través de su cuerpo, zumbidos en los oídos o vislumbrar la presencia de intrusos extraterrestres. Llegan a la conclusión de que lo que les ocurre a estos sujetos es que están alucinando, básicamente. Bueno, quizá esto podría ser lo único salvable de todo el estudio, si no fuera porque aún no se han enterado de lo que es realmente la parálisis del sueño. No tiene nada que ver con el sueño R.E.M., sino con la separación del cuerpo astral del cuerpo físico que tiene lugar todas las noches. Esto es un fenómeno completamente natural y controlable con el adecuado entrenamiento. Esto lo sé por propia experiencia, pero no es el objetivo de la presente entrada, así que no diré más. Solo que, aun teniendo en cuenta la parálisis del sueño, yo no descartaría tan rápidamente la existencia de verdaderas abducciones, ni por supuesto la existencia de extraterrestres, vivan estos en otros planetas, en otras dimensiones o en ambos al mismo tiempo. No todas las abducciones parecen tener lugar en los dormitorios ni en los momentos cercanos al sueño. Si no tenemos en cuenta TODOS los datos, ¿cómo queremos llegar a buenas conclusiones? Bueno, pues esto es lo que podemos esperar de mentes tan cerradas como las de estos científicos o de investigaciones tan parciales y tan mal realizadas. Y por supuesto, yo no soy la única que les acusó de presuponer que los informes de este tipo de experiencias no son correctos. Para justificarse y defender su postura, lo único que se les ocurrió decir fue esto:
There are two common explanations for why sincere, nonpsychotic people report recollections of alien abduction. One explanation is that they were abducted by aliens. The second explanation comprises the ingredients in the recipe I describe above (e.g., sleep paralysis, absorption). In principle, either hypothesis could be true. However, the first one is inconsistent with an immense amount of solid science in the fields of astronomy, physics, and biology, whereas the second one is not. An abductive inference -- or inference to the best explanation (Harman, 1965) -- leads one to accept the hypothesis as likely true that best accounts for a phenomenon without clashing with relevant, well-established findings.
One woman said that she was Anne Frank in a previous life, whereas a firefighter from a small New England town mentioned that he had previously been General Gordon, an officer of the Confederacy during the American Civil War. He gave C.A. a copy of his privately published book, a dual memoir of his past life and his current one. The cover featured photographs of General Gordon and himself. The resemblance was striking. Despite their unusual beliefs, the past lifers did not appear mentally ill, consistent with the scant literature on this topic.
Segundo, es una lástima que hagan un comentario sobre el impresionante parecido físico del hombre que afirmaba ser la reencarnación del general Gordon en la Guerra Civil Americana con el verdadero general Gordon tal y como aparecía en una fotografía, aunque no me queda claro si lo dicen en plan: “Había un hombre que se parecía al general Gordon y por eso creía haber sido él en una vida pasada, ya hay que estar mal de la cabeza”, o en plan: “Había un hombre que se parecía al general Gordon y además tenía recuerdos de haber sido él, ¿no es eso algo inexplicable?” Vale, me temo que va a ser la primera posibilidad, ¿no? Por un momento pensé que los científicos eran gente objetiva que quiere saber la verdad, olvidé que ya habían presupuesto que los recuerdos de vidas pasadas son tan falsos como los de las abducciones, ¿para qué molestarse entonces en investigar seriamente? Por cierto, el parecido físico no debería ser en ningún caso un factor esencial a la hora de valorar si los recuerdos de vidas pasadas son falsos o no. Los reencarnacionistas racionales (que somos la mayoría) somos perfectamente conscientes de ello. No el resto de la población que piensa que los reencarnacionistas no tenemos dos dedos de frente.
Por supuesto, los resultados de las pruebas demostraron que estas personas tienen tasas significativamente elevadas de falso recuerdo y falso reconocimiento. Y como los abducidos, también son propensas al ensimismamiento y la conceptualización mágica. La única diferencia es que no reportaron episodios de parálisis del sueño... lo que, digo yo, debería ser más que evidente, ya que NO SON FENÓMENOS COMPARABLES.
Posteriormente, con un grupo de 40 personas que decían recordar vidas pasadas, vieron que puntuaban más alto en indicadores de pensamiento divergente, presentaban mayor originalidad y eran más creativas. No mostraban ningún signo de padecer una enfermedad mental. Es más, tenían menos estrés en relación a su propia mortalidad y eran más capaces de encontrar un significado a la vida. De nuevo, no sé qué demuestra esto ni adónde quieren llegar. El artículo se llama “Explaining ‘Memories’ of Space Alien Abduction and Past Lives” pero parece que solo consiguieron explicar (y malamente) la parte de los abducidos. En lo que se refiere a las vidas pasadas, aún no han encontrado cómo alguien puede alucinar “tanto” como para creer que fue un niño que vendía periódicos en el Boston del siglo XIX, ni siquiera recurriendo a la hipnosis regresiva, porque, rompiendo otro popular mito entre los escépticos, la mayoría de las personas que recuerdan vidas pasadas no lo hace mediante técnicas de hipnosis. Chúpate esa. Y ahora, ¿a qué recurrimos? ¿No había LSD en ese congreso? ¿Qué ponemos en las conclusiones? Invéntate algo...
Sí, se ve que estos científicos pertenecen al grupo de gente normal, con poca creatividad, porque la conclusión del artículo es más o menos esta: a pesar de que ambos grupos tienen recuerdos falsos, los dos están contentos de haber tenido esas experiencias (existentes solo en su imaginación), porque eso les hace ser “especiales”. Las personas que recuerdan vidas pasadas parecen tener una motivación “cuasi-espiritual” para aceptar esta “identidad distintiva”. Estas personas creen en la reencarnación y para ellos sus recuerdos son pruebas de que la muerte no es el fin. Sí, esto último es así. Lo que el autor del artículo no se ha molestado en comprobar aún es que esos recuerdos “falsos” dejan de serlo cuando eres capaz de verificar que la persona que crees que fuiste existió de verdad y vivió lo que tú recuerdas. Él piensa que los que recordamos vidas pasadas solo queremos recuperar el misterio, la magia y el significado que teníamos antes de que llegaran los científicos y nos causaran un “desencanto del mundo”. Vamos, que queremos vivir en una ilusión, que queremos creer en extraterrestres, terapias energéticas, reencarnación y demás cosas irreales. Los que recordamos vidas pasadas somos unos pobres ilusos que nos pasamos los días soñando, presas de nuestra desatada imaginación y notable creatividad. Ese es el “profundo” análisis que han hecho de nuestra psicología. Y lo peor de todo es que lo sueltan y se quedan tan anchos...
Yo invitaría personalmente a Richard J. McNally a que recordara conmigo lo que se siente cuando eres condenado a muerte y ejecutado en la horca, por ejemplo. O qué es lo que ocurre cuando un pueblo entero se levanta para luchar por sus derechos. O tal vez le gustaría revivir el constante abuso sexual que una esclava negra tuvo que soportar por parte de su propietario en una plantación de algodón. Entonces no tardaría mucho en descubrir cuánta fantasía, magia e ilusión hay en alguien que recuerda vidas pasadas.
McNally, Richard J. 2012. Explaining "memories" of space alien abduction and past lives: An experimental psychopathology approach. Journal of Experimental Psychopathology 3(1): 2-16.