Vale, seré sincera. Acepté porque siento que aún me quedan recuerdos por procesar relacionados con una de mis vidas pasadas. Justo el fin de semana pasado fui de visita al antiguo piso donde conviví años con mi pareja, ya que íbamos a asistir juntos a una jornada de clases sobre técnicas energéticas y de meditación. Mientras yo estaba ya en la habitación quitándome los zapatos, oí cómo cerraba la puerta de entrada y me invadió una extraña sensación interna que sin duda no se debe a nada de mi vida presente. Era la sensación de que había cometido un grave error volviendo a ese sitio. Mi pensamiento fue: «A ver si no voy a salir de aquí nunca más». Estoy casi convencida de que se debe a mis experiencias en mi vida como esposa maltratada, de la que tengo recuerdos muy concretos bastante terribles, aunque no puedo descartar que la casa también pueda ejercer cierta influencia en mi mente. Por sensaciones subjetivas, información recibida a través de meditaciones, sueños e incluso un par de psicofonías, me consta que en ese lugar convivieron al menos un maltratador y dos mujeres aterrorizadas. Pero me inclino por pensar que ese pensamiento fue todo mío, en ese momento.
Hace unos días me propusieron una sesión de sanación espiritual utilizando un método llamado LNT (La Nueva Terapia). No había oído nunca de ella y siempre he sido escéptica respecto a lo que llaman «sanación espiritual», pero como intento mantener una actitud abierta y probar todo lo que se me vaya presentando en la vida, acepté.
Vale, seré sincera. Acepté porque siento que aún me quedan recuerdos por procesar relacionados con una de mis vidas pasadas. Justo el fin de semana pasado fui de visita al antiguo piso donde conviví años con mi pareja, ya que íbamos a asistir juntos a una jornada de clases sobre técnicas energéticas y de meditación. Mientras yo estaba ya en la habitación quitándome los zapatos, oí cómo cerraba la puerta de entrada y me invadió una extraña sensación interna que sin duda no se debe a nada de mi vida presente. Era la sensación de que había cometido un grave error volviendo a ese sitio. Mi pensamiento fue: «A ver si no voy a salir de aquí nunca más». Estoy casi convencida de que se debe a mis experiencias en mi vida como esposa maltratada, de la que tengo recuerdos muy concretos bastante terribles, aunque no puedo descartar que la casa también pueda ejercer cierta influencia en mi mente. Por sensaciones subjetivas, información recibida a través de meditaciones, sueños e incluso un par de psicofonías, me consta que en ese lugar convivieron al menos un maltratador y dos mujeres aterrorizadas. Pero me inclino por pensar que ese pensamiento fue todo mío, en ese momento.
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El viernes pasado 21 de octubre me entrevistaron por primera vez en directo para un canal de Telegram llamado Akashicos_regresiones_maryg, de Mary Gómez. Fue una experiencia muy gratificante y espero que se repita en el futuro con mejores medios técnicos. La intención principal de la entrevista era contar qué me llevó a recordar vidas pasadas y cómo acabé finalmente escribiendo un par de libros sobre reencarnación. Es un resumen de los primeros capítulos de La Caja de Pandora, aunque no llegamos a profundizar mucho en cómo surgieron los recuerdos de la primera vida que empecé a recordar, la de Cardiff, ni cómo fue todo el proceso que siguió, que personalmente considero lo más interesante. Lo he contado muchas veces antes. Yo no buscaba recordar nada cuando aquellas imágenes comenzaron a surgir en mi cabeza. Tampoco estaba haciendo nada especial. No estaba sentada en el diván de un terapeuta regresivo ni había tomado drogas psicodélicas ni había hecho un ayuno de una semana para alcanzar la iluminación. Fue todo mucho más mundano, mucho más simple. La primera vez estaba meditando en el sofá de mi casa, tratando de calmar mi ansiedad. No sé aún ni cómo ocurrió, de hecho durante ese verano de 2011 no conseguí que se repitiera. Y cuando ya me decidí a probar mi primera grabación de autohipnosis, estaba sentada en una vieja silla de escritorio, con el ordenador al lado, cerca de un rincón del salón, preguntándome qué diablos estaba haciendo y qué pensarían mis familiares si me vieran hacer algo tan estúpido como escuchar una grabación que me llevara a mis vidas pasadas, si es que tenía alguna y no me estaba volviendo ya loca del todo… Traducción del artículo «What is past-life regression?» de la página del Dr. Raymond Moody Life after life.
El siguiente texto es un fragmento del libro Coming Back: A Psychiatrist explores past-life journeys, del Dr. Raymond Moody y Paul Perry. «Oí hablar por primera vez de regresiones por Ian Stevenson, un profesor de la Universidad de Virginia. Él es psiquiatra y experto en medicina psicosomática, y ha investigado relatos de reencarnación recogidos en todo el mundo. Normalmente son historias contadas por niños que “recuerdan” espontáneamente vidas pasadas. En una época Stevenson realizó regresiones hipnóticas y decidió que eran métodos muy poco fiables a la hora de investigar la cuestión de la reencarnación. Él creía que el paciente estaba reproduciendo algo que él o ella había aprendido o escuchado en años pasados y ahora, bajo hipnosis, lo estaba proyectando hacia fuera. Ahí se quedó la cosa hasta que conocí a Diana Denholm. Ella es una encantadora y persuasiva psicóloga que utilizaba hipnosis en su práctica. Originalmente solía utilizarla para ayudar a las personas a dejar de fumar, a perder peso, e incluso para encontrar objetos perdidos. Pero dijo que ocurrieron algunas cosas raras. De vez en cuando un paciente empezaba a hablar sobre experiencias de una vida pasada. La mayoría de las veces estos hechos ocurrían cuando llevaba a las personas hacia atrás en sus vidas para recuperar algún recuerdo perdido, traumático, un proceso conocido como terapia de regresión.» Parte 1. El piano volvió a aparecer en marzo de 2014, y poco a poco, según voy aclarando las cosas, creo que posiblemente estoy viendo etapas distintas. Aquí sí que lo puedo tocar, pero no es la misma casa, sino la casa de mi hermana donde me acogieron durante un tiempo. «Me vi de repente tocando el piano, escuchaba hasta la melodía, parece que este piano está entre dos ventanas... y creo que así lo veía cuando recordé por primera vez a esa tal X que pensaba que vivía en el Oeste. Pienso que ya es definitivo que esa X es en realidad Susan, cuando estaba viviendo con mi hermana y su marido, antes y después del primer juicio. De pronto giré la cabeza a mi izquierda y allí estaba mi hija: una niña de 3 o 4 años que intenta tocar conmigo pero aún no sabe... Me emociona tenerla tan cerca. Tiene el pelo claro, no como yo, y es tan hermosa. [Se recomienda leer esta entrada escuchando «The heart asks pleasure first» del vídeo de abajo, que es la banda sonora de «El piano» y de esta vida pasada.] Sabía que esto iba a pasar. Cuando escribí en mi última entrada que había recordado antes un piano, no creía que tenía tanta información. Pero es lo que pasa cuando no estás leyendo tu diario de vidas pasadas todos los días y además llevas unos años bastante desconectada del tema reencarnación. Pero… lo he hecho: revisar lo que tenía y recopilarlo. No recordaba que antes de la vida de Susan tenía ya recuerdos de otra supuesta vida en la que aparecía un piano. Esto fue muy al principio de mi camino y al final llegué a la conclusión de que era la misma vida. Me gusta compartirlo para mostrar que el proceso de recordar vidas pasadas es muy confuso y que a veces tardas años en unir todos los cabos. Por eso es muy importante escribirlo todo, y de la manera más ordenada posible para facilitar la consulta en el futuro. Así que con esta entrada vamos a dar un buen viaje… Según mi diario de vidas pasadas, el primer recuerdo que tuve de Susan fue el 17 de diciembre de 2011. Todavía iba dando a cada flash o pequeña escena que me venía un número, según el orden de aparición. «Esta mañana, simplemente relajando la mente estando aún en cama, me vinieron un par de imágenes a la cabeza: en una estaba en una casa muy elegante, me sentaba frente a un piano y me proponía tocar algo. No sé si era mujer o hombre.» Aunque siempre he sido muy prudente a la hora de hablar de sanación y vidas pasadas, porque pienso que muchos «terapeutas» abusan de ello dando falsas esperanzas a la gente sobre lo que puede hacer una regresión, no tengo duda de que uno de los principales efectos de recordar vidas pasadas es precisamente «sanar». Quizá el problema me viene por un mal uso del término. ¿Qué es lo que sanamos si no estamos enfermos? ¿Sanamos emociones? Las emociones no son buenas ni malas, siempre están ahí como consecuencia de hechos vividos en el pasado, y creo que solo está bien eliminarlas —o, más bien, apaciguarlas— cuando realmente se han convertido en un lastre que te afecta en tu vida actual y no te permite avanzar.
En mi caso, fue la ansiedad y la depresión lo que no me permitía avanzar. Y ahora empiezo a ser consciente, por mis conocimientos ampliados de la naturaleza de la realidad, de cómo los desequilibrios energéticos pueden acabar afectando al cuerpo físico. A veces un problema orgánico o mecánico puede estar causado directamente por esas emociones residuales asociadas a la lesión original. Hasta que no trabajes adecuadamente esas emociones, la lesión no desaparecerá. Y a veces no es necesario trabajar nada, a veces la propia enfermedad es una oportunidad de aprendizaje. He pasado los últimos días concentrada en una de mis novelas, sin sentir nada que se parezca a past life mood, como comenté en mi anterior entrada. Pero por una de esas sincronicidades, esta mañana el Dr. José Luis Sevillano compartió en su página de Facebook el tráiler de una película que no conocía: «El silencio del mar». Cuando vi que iba sobre la resistencia francesa, supe que tenía que verla. El breve vídeo del tráiler ya me producía ciertas emociones que no podía ignorar. Me llevó menos de un minuto encontrarla entera en internet. Y la vi al mediodía, aprovechando que estaba sola en casa y podía ponerme a llorar a gusto si era necesario.
Lo primero que descubrí es que está basada en una novela de un tal Vercors, pseudónimo de Jean Bruller, un hombre que vivió la ocupación de Francia por los alemanes e incluso acabó convirtiéndose en un miembro de la resistencia. Ya tengo la novela también, es extremadamente corta así que es posible que cualquier día de estos ya me la haya leído también. |
AutoraMi nombre virtual es Eowyn. Llevo desde 2011 investigando y experimentando la reencarnación. Este blog es solo una mínima parte del resultado. ¡Sígueme en Telegram!
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